Las pistas de Juan Carlos
Viñeta del 23/08/2020 en CTXT
Si algo ha dejado Juanca en los años que ha estado amorrado al trono han sido pistas y ninguna fue sutil. A día de hoy nadie sabe exactamente cuántos miles de millones de euros amasó y escaqueó a la Hacienda española , ni por supuesto su procedencia.
Se marchó por el bien de la corona, dijo y les confieso que me parece muy bien, en realidad me importa entre tres y trescientos pimientos la ubicación de cualquiera de estos vividores de palacio porque lo trincado, trincado está. Y deja relevo.
Que desaparezcan, aunque sea geográficamente, siempre es una buena noticia pero se echa mucho de menos una buena inspección fiscal. Dudo que lo sienten en un banquillo aquí, este tipo se ha pasado la vida recibiendo peloteo en modo experto y regalos a cambio de sus lucrativas movidas y ahora quedaría muy feo pedirle cuentas como si fuera un vulgar contribuyente. Qué dirián en el mundo de tan insigne familia y emblema de la patria.
Tanta transparencia y tanta hostia consiste en que podemos saber qué comen y beben y hasta a qué huelen los peos que se tiran cuando se pasean entre la plebe, pero nada sobre su fortunón personal ni de dónde procede todo ese patrimonio que amasan.
Al pobrecito escaqueado con la connivencia de tantos dinosaurios políticos de ayer y hoy, que se sepa, le han regalado fajos de billetes por la cara procedentes de países extranjeros, comisiones guapas por barriles de petróleo, cuatro o cinco yates para su disfrute (luego vendidos a pérdidas después de fundirse sacos de miles de euros en mantenimiento, servicio y combustible), fiestuquis, safaris, coches deportivos, viajes, todo tipo de lujos de lo que jamás podrá disfrutar usted, querido y atontado Juancarlista de base.
Una vida de penurias que ahora le pagamos obligándole a instalarse en cualquier complejo lujoso de mala muerte en Abu Dabi.
