Condicional de rumor
El día 31 de diciembre se anunciaban las fechas para la investidura. El sábado 4 de enero será la primera sesión del pleno de investidura, ya saben, la de la chapa larga del aspirante. El domingo 5 de enero se celebrará la primera votación en la que Pedro Sánchez necesitará 176 votos, que de momento no tiene.
El martes día 7 será la segunda votación, en esta necesita más síes que noes. Como ya se ha anunciado un acuerdo entre PSOE y ERC , que se abstendrá, se da por hecho que saldrá investido, salvo que el movimiento de votos del resto de partidos no lo impida por la mínima. El de las anchoas ya ha dicho que nanai y los fachas la han tomado ahora con Teruel.
Esto es lo que hay, de momento, pero antes de llegar aquí hemos pasado por lo inevitable. Cuando la derecha y sus satélites se enteraron del acuerdo de probable gobierno entre PSOE y Unidas Podemos se cabrearon como monos. Anunciaron la venida de hordas de comunistas enfurecidos que van a arrasar la patria de punta a punta. Aún sigo intentando descubrir a qué comunistas se refieren.
Tontolares
Al rato de conocerse el acuerdo, el periodismo de videncia y los tontolares hicieron su aparición, como este que anunciaba algo que ya sabía hasta el tato. En el viaje anterior, las críticas fueron por no mantener reuniones discretas.
De este mismo autor hay otro texto de finales de noviembre en el que se desglosa el reparto de carteras, siempre "según fuentes cercanas y/o consultadas", esas fuentes tan socorridas de las que nunca se conoce su identidad y que sirven para colocar cualquier mercancía averiada.
O este otro del 1 de enero que vaticinaba una tragedia de dimensiones desconocidas, elecciones un miércoles. Eso siempre que tal y cual, claro.
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Y esta vez no alargaré el repaso por los tontolares políticos porque estoy intentando cuidar mi salud mental y la de usted, amable lector.
