El pañuelo de la muerte

La foto de Issouf Sanogo abrió un debate absurdo sobre la uniformidad de un legionario francés destinado en Mali, que lucía un pañuelo-calavera. Según el autor es una imagen casual y así lo explica.

En Francia se habla de que la fotografía "daña" la imagen del país, del suyo se entiende. Que no les representa , todas esas gaitas. Y que puede despertar el odio por el ejército francés. Nada siembra más odios que una guerra, lo de menos es el disfraz.

Me pregunto si un país tendría mejor imagen si los soldados de su ejército acudieran a sus saraos bélicos vestidos de ángeles, o de delfines pintados con los colores del arco iris en lugar de con ese pañuelo de la muerte.

Una guerra, la monte quién la monte, no se parece en nada a unos juegos olímpicos, salvo en el "medallero" de muertos, heridos, desplazados y empobrecidos que deja en cada país donde se celebra.

No creo que haga falta acercarse a una para saber que nada es como creemos que es leyendo cuatro noticias o viendo algún vídeo suelto. Una guerra es la máxima expresión de la violencia organizada y consentida, donde más leyes y derechos desaparecen. Cualquier combate armado, por mucho que se decore, puede llamarse de cualquier forma menos honorable. Y se reparte muerte en cantidades industriales.

El legionario francés sólo rindió culto al objetivo de toda guerra, acabar con el enemigo. Y si hay que cepillárselo le aplicará la ley del pañuelo.

Sin novedad en la obviedad.

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